Rosa y el whatsapp

Rosa vive en Pola de Laviana y tiene 57 años, es viuda y sus hijos trabajan fuera de Asturias.
Hace unos días tuvo una caída tonta en la calle, un despiste…. le envían un whatsapp, abre el bolso, mira  el móvil mientras camina y…, ¡ese bordillo!.

Nada grave que no se cure en unas semanas pero sí aparatoso. Como consecuencia tuvo que estar inmovilizada unos días en su casa, pedirle a su amiga que le sacase a pasear a su perrina Dana dos veces al día;  su hermana le llevaba la comida, la compra, le hacía los recados  y una vecina le ayudaba limpiando la casa.  Todo un despliegue de favores y ayudas que Rosa agradecía y así me lo contaba la semana pasada en la oficina.

Se sentía afortunada de vivir en un pueblo donde es conocida, querida y donde tiene la suerte de tener  buenas amigas, vecinas y una hermana extraordinaria. Pero al mismo tiempo, esto le hizo pensar y venir a verme. ¿Qué ocurriría si en un futuro tuviera de nuevo una caída tonta, un pequeño accidente? ¿Tendría que volver a pedir que la cuidaran, hacer venir a sus hijos y que dejaran sus trabajos, molestar a sus amigas, vecinas, hermana…?

Ella sabe que la ayudan encantada, pero es una mujer fuerte e independiente y no le gusta molestar.
Por eso, me preguntaba si habría algún tipo de seguro que cubriera la asistencia a domicilio y que en caso de verse de nuevo inmovilizada no tuviera que alterar el ritmo de vida de su familia, amigos y gente allegada